Enrique (kiku) detrás y en medio, con gafas de sol, en Llavaneras. Era julio de 1987, así que tenía entonces 37 años pues nació en 1950, el 26 de abril.
A su altura los cuñados Miguel Ángel, Luis y Lore incrustados entre Lourdes. Marta y tía Enriqueta (Quetita) tienen sobre las piernas a Sara y Rebe respectivamente. Papá superfeliz con los suyos. Mamá (la lela) tiene a Martita sobre sus rodillas y Lucas pilota la moto. Ana (entre los papis) tiene a Oscar.
Visitando Montserrat con mamá en 1993, mientras estaba luchando contra la leucemia entre Bruselas y Pamplona. Papá había fallecido el año anterior, el 3 de marzo de 1992, y él se iría a la presencia de Dios a los dos años de la foto, el 10 de
noviembre de 1995.
Hicimos las primeras comuniones por parejas: Jorge y Javier, Marta y Lourdes y aquí Enrique y Ana. Ya se le seguía notando cara de pillo.
Con el hockey también hacía sus pinitos y ganaba trofeos. Cuentan las crónicas del Barcino 5 – San Ignacio 3, que el partido fue bonito con dos goles de Kiku, uno en cada tiempo; los otros tres fueron de Villa, Nieves y Torruella. A destacar la actuación del menor de los Grahit quien de mejorar su flojo
patín, podría cuajar un magnífico jugador; cerebro y condiciones no le faltan (dijo la prensa).
En el Barcino 6 – S. Espona 0, la crónica dice que Quique hizo un gol de magistral factura.
El día de la boda de Jorge en marzo de 1972, con sus 22 años y sus gafas que le daban ese look de intelectual; había estudiado el Bachiller de Letras y luego Filosofía, en la rama de Pedagogía. Era también Doctor en Teología que obtuvo recién ordenado sacerdote en Barcelona, el día de su santo (13 julio) de 1975. La ceremonia la presidió el fraile jerónimo y Cardenal guatemalteco Casariego, a quien se le recuerda por su peculiar homilía.
Seguirá otra página.
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